Tras meses de trabajo, y después de año y medio de actividad pública y casi dos desde el inicio del proyecto, hemos encontrado una fórmula para dar continuidad al Centro Social Autogestionado La Tabacalera de Lavapiés (LTBC). Una cesión de uso por un periodo de dos años prorrogables recoge lo fundamental de la propuesta de convenio que LTBC presentó en junio de este año (http://wwwlatabacalera.net/c-s-a-la-tabacalera-de-lavapies/dossier-csa-la-tabacalera).
Es la conclusión lógica y positiva del diálogo establecido entre la experiencia del centro social y la institución. Un aprendizaje mutuo, que culmina el largo proceso iniciado desde el fin de la actividad de la Fábrica de Tabacos en el año 2000 y que ha pasado por diversos momentos, desde la reivindicación vecinal inicial y los contactos de la Red La Tabacalera a Debate en 2004 con el Ministerio de Cultura (MCU) y la Oficina de Centro del Ayuntamiento de Madrid hasta la apertura de LTBC en junio de 2010.
Ha sido difícil, interesante y útil el proceso de encontrar un formato jurídico adecuado que reconociera el modelo propuesto: gestión ciudadana y abierta de un espacio público, autogestionado y participativo en un edificio de titularidad estatal que es, además, Bien de Interés Cultural y patrimonio histórico. En ese proceso, el trabajo conjunto de las partes, técnic@s de la Dirección General de Bellas artes del MCU y miembros de LTBC, ha permitido dotar de carta de naturaleza a un modelo que está sirviendo de referencia a otros muchos proyectos dentro y fuera del territorio español.
El máximo valor expuesto por LTBC ha sido la colaboración y participación de las miles de personas que han contribuido y contribuyen a pensar y crear el proyecto. Solo eso hace posible que una apuesta iniciada en 2009 y que ha dado lugar a cientos de actividades e iniciativas pueda ser reconocida social e institucionalmente como un experimento que investiga nuevos modelos de hacer cultura y sociedad y que hace posible la autonomía y la autogestión ciudadana, el compromiso ciudadano por el devenir de su sociedad. Una apuesta que, somos conscientes de ello, precisa de independencia y tiempo para seguir investigando y perfilando el modelo. Hay mucho por hacer.
Las nuevas condiciones de continuidad significan un doble desafío: demostrar que el Centro Social Autogestionado LTBC tiene su propio valor, independiente del signo político que gobierne la Administración, y por otro lado, conseguir corregir, afinar, ampliar y mejorar el proyecto, sobre la base de que, desde el principio, LTBC no es el proyecto de un grupo gestor, sino la búsqueda colectiva de modelos de institucionalidad social y cultural abierta a la participación. LTBC no es de nadie porque es de todo el mundo.
Profundizar en esta aventura solo será posible si seguimos contando, como hasta ahora, con el apoyo y la colaboración de las instituciones sociales y formales que quieran contribuir a su desarrollo, sobre el reconocimiento de la singularidad del proyecto y su necesaria autonomía.
Como decíamos en el dosier presentado en junio de 2011:
“Para posibilitar ese nuevo modelo son necesarias: (a) plena autonomía para la organización y el desarrollo de la iniciativa por parte de quienes la conforman, (b) exploración de la gestión de lo público en términos de democracia participativa, (c) fomento de las prácticas culturales de bajo coste y de la cultura libre, (d) una metodología de programación distante de las prácticas clásicas de la gestión cultural, (e) el empeño por nivelar las diversas escalas de la expresión social y cultural.
LTBC no es ni puede ser el recurso de unas pocas personas bien conectadas o privilegiadas. Por sus propias características (no privativo ni apropiable, público, procomún), ni siquiera puede ser el recurso común de un grupo permanente. Su condición de posibilidad es la apertura: a nuevas composiciones, a nuevos acontecimientos, a distintos niveles de implicación, trabajo, uso. En LTBC no se muestran solo las iniciativas que se sitúan establemente en el edificio, sino todas aquellas que precisan del espacio y se atienen a los criterios que lo sostienen: cultura libre y gratuita, cooperación, horizontalidad, transparencia, uso no lucrativo ni privativo, sino colectivo, solidario y responsable de los recursos… Son precisamente las características que hacen de LTBC un experimento singular las que lo convierten en un referente público y, por tanto, inapropiable por las partes que lo han impulsado”.
El domingo 8 de enero prevemos realizar un encuentro donde profundizar en estos asuntos y donde proponer nuevas formas de trabajo para el nuevo periodo. Entretanto, seguimos atendiendo al email prensa@latabacalera.net.