4F, ni olvido ni perdón

Proyección del documental 4F, ni olvido ni perdón.

Viernes 12 de julio, a las 20:00, en Sala de Proyecciones.

El documental del 4F es un trabajo de investigación videográfica que busca dar a conocer la verdad sobre el caso 4F, uno de los casos de corrupción policial más graves que se han destapado en Barcelona.

DOS POLICÍAS CORRUPTOS
El 19 de octubre de 2011, dos agentes de la Guardia Urbana de Barcelona, Víctor Bayona y Bakari Samyang, son expulsados del cuerpo y condenados a más de 2 años de prisión, por torturas graves a un estudiante de Trinidad y Tobago: Yuri Jardine. En el juicio queda al descubierto el intento flagrante de manipulación de pruebas por parte de los dos agentes para justificar un relato de los hechos totalmente falso. Según la fabulación de los policías, el joven estudiante -de raza negra- era culpado de delitos que no había cometido, por los cuales pedían varios años de prisión. El objetivo de intentar enviar a Yuri a la cárcel era el de tapar el verdadero delito que habían cometido los agentes: el de abusos policiales y torturas graves.

No era la primera vez que Víctor Bayona y Bakari Samyang actuaban de esta manera. En el juicio del caso conocido como el 4F, el testimonio de los 2 policías fue la única prueba considerada válida en la sentencia que llevó a prisión a 5 jóvenes, acusados de lesiones contra agentes de la autoridad. Entre ellos se encuentra Rodrigo Lanza, que ya ha cumplido 4 años de condena y aun le quedan 14 meses de prisión. Patricia Heras no pudo acabar de cumplir la condena. Decidió suicidarse el pasado mes de abril. Todos los imputados en el caso 4F han defendido reiteradamente su inocencia. Hay suficientes pruebas y testimonios que corroboran esta inocencia, pero la juez prefirió creer sólo los testimonios de Víctor Bayona y Bakari Samyang. ¿Pretendían los dos policías también en esta ocasión ocultar un caso de torturas graves?

¿QUÉ PASÓ EL 4F?
El 4 de febrero de 2006, una fiesta en una casa ocupada de la calle Sant Pere Més Baix de Barcelona acaba en una pelea con la policía. Durante los disturbios, un agente de la Guardia Urbana es herido por el impacto de un objeto en la cabeza y acaba en estado de coma. La versión oficial de los hechos inmediatamente después del incidente coincide con la de la mayoría de los testimonios presentes: alguien tiró una maceta desde uno de los balcones de la casa que impactóg en la cabeza del policía.

En las declaraciones que hace en la mañana siguiente el alcalde de la ciudad en aquel momento, Joan Clos, se da por válida esta versión de los hechos. Inexplicablemente, unas horas más tarde, la policía cambia la historia, alegando que el agente había sido herido en realidad por una piedra lanzada en horizontal desde la calle. El autor de esta agresión habría sido Rodrigo Lanza. Antes de que la policía cambiara la versión de los hechos, Rodrigo y dos compañeros suyos habían sido víctimas de torturas en un cuartel de la Guardia Urbana. Las denuncias que pusieron en aquel momento fueron desestimadas. Tres médicos forenses declararon durante el juicio que era imposible que el impacto que provocó el traumatismo en la cabeza del policía fuera causado por una piedra lanzada en horizontal desde la distancia en la que se encontraba Rodrigo. Sólo el forense de la policía planteó esta posibilidad, la cual fue corroborada por Víctor Bayona y Bakari Samyang. La Maceta desapareció de la versión oficial de los hechos.

EL CASO DE PATRI
Aquella misma noche, Patricia Heras y Alfredo Pestana tienen un accidente de bicicleta mientras vuelven de una cena. Como Alfredo sangra mucho, alguien avisa a una ambulancia que los lleva al Hospital del Mar. Una vez allí, Patricia es identificada por varios policías que vienen de los altercados ocurridos en Sant Pere Més Baix, como responsable de agresiones contra los agentes. Patricia y Alfredo aseguran en todo momento que no estuvieron allí. La única prueba que esgrimen los policías para inculpar a Patricia es el peinado que lleva. En el juicio, Patricia es condenada a 3 años de cárcel. Después de pasar varios meses encerrada, justo después de entrar en tercer grado penitenciario, Patricia Heras se tira de una ventana para acabar con su vida.

EL CASO DE YURI JARDINE
Siete meses después de los incidentes de Sant Pere Més Baix, Yuri Jardine, estudiante de Administración y Dirección de Empresas, sale con unos amigos a una discoteca de Barcelona. Una vez allí, una amiga suya es acosada sexualmente por un individuo. Al intentar defenderla, Yuri se encara con esta persona y la discusión deriva en una pelea. Acto seguido, los amigos del agresor reducen a Yuri, que recibe varios golpes y acaba sangrando por el corte de un vaso roto en su cabeza. Los agresores se identifican entonces como policías —aunque se encuentran fuera de servicio— y se lo llevan al cuartel de la Zona Franca de Barcelona. Una vez allí, los policías torturan al joven durante horas. Yuri recibe puñetazos y patadas hasta perder el conocimiento. Al ser reanimado es agredido nuevamente con un objeto contundente. Los policías le apagan cigarrillos en su cuerpo e intentan ahogarlo con una fregona. Más tarde le proponen hacer un juego con una pistola. Para poder inculparlo, los policías ponen droga en su bolsillo e inventan una historia según la cual el joven estudiante se dedicaba al tráfico ilegal de sustancias. Yuri Jardine es hijo del cónsul de Trinidad y Tobago en Noruega y goza de una situación económica más que privilegiada. Después de demostrar su inocencia en el juicio y de que los dos policías fueran condenados a penas de cárcel, el joven estudiante no ha querido volver a Barcelona. Actualmente sufre secuelas físicas y psicológicas graves.

Con este proyecto buscamos la justicia que no se hizo en los tribunales.

PATRICIA HERAS NI OLVIDO NI PERDÓN.

La obra se publica bajo licencia Creative Commons-No comercial-Compartir Igual y se difunde por internet y a través de presentaciones y proyecciones para dar a conocer el caso.

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