Mesa-Debate: «Mi salud mental: ¿responsabilidad individual o colectiva? »

Espacio Ágora de Tabacalera y Psicología Solidaria os damos la bienvenida a este encuentro colectivo en el que compartiremos reflexiones y alternativas ante lo que está cayendo. No faltará la denuncia: nuestra salud individual y colectiva está en riesgo.
Hemos titulado esta Mesa-Debate: «Mi salud mental: ¿responsabilidad individual o colectiva?». Tanto el título como estas reflexiones iniciales que os planteamos desde Psicología Solidaria sólo pretenden ser un punto de partida para que entre todos podamos intercambiar informaciones, experiencias, puntos de vista que podrán ser convergentes o divergentes, todos enriquecedores de un debate colectivo tan necesario.

¿Qué entendemos por salud mental? ¿Y por responsabilidad? ¿Qué significa para nosotros lo individual y lo colectivo?

Ya en el año 1946 la Organización Mundial de la Salud planteaba que la salud no debía reducirse a la ausencia de enfermedades sino que se trataba de un estado de bienestar físico, mental y social. Y en el año 2000 la misma OMS relacionaba la salud de los habitantes de un país con la posibilidad de trabajar productivamente y de participar activamente en la vida social de la comunidad. La salud no es meramente un estado, sino una capacidad de vivir plenamente en la comunidad.

Para nosotros la salud mental implica la capacidad de responder a las necesidades y a los cambios vitales y ambientales de forma consciente, cuidando la vida nuestra y de nuestros semejantes. Entendemos que la marea verde, la marea blanca, la marcha por la dignidad, la lucha de los trabajadores de Coca Cola, son síntomas de salud mental. La capacidad de responder de forma activa y consciente a los intentos de destruir el medio ambiente y los bienes comunes como la salud y la educación públicas, son para nosotros salud mental puesta en acción, que potencia salud mental colectiva al visibilizar la posibilidad de juntarse con nuestros semejantes y crear respuestas y alternativas.

El psicoanalista Fernando Colina señala que una nueva enfermedad se propaga en este nuevo siglo: la llama «la gente sin rumbo». Son sujetos impetuosos, que se sienten siempre víctimas inocentes y les cuesta entender la palabra responsabilidad.

Sus palabras nos llevan a otro de los conceptos presentes en el título de nuestra Mesa-Debate: la responsabilidad. La gente sin rumbo sería la que padece de irresponsabilidad severa, se queda perpleja ante los acontecimientos y desconoce el papel que juega él mismo en el estado de cosas y el que podría jugar. Por supuesto que todas las personas nos vemos afectadas por una estructura socio-política-económica que pone por delante el beneficio económico a costa de la vida digna de la mayoría de la población a la que pretende reducir a máquinas de producir y consumir hasta morir. Pero somos cada uno de nosotros también arte y parte de todo ello. ¡Y si dimitimos de nuestra responsabilidad dejamos de ser sujetos y nos volvemos objetos manipulables y cómplices!

El título de este encuentro habla de responsabilidad individual y colectiva, no «social», ya que a menudo bajo esa generalización de «lo social» sin darnos cuenta delegamos nuestro poder de hacer cosas en una instancia gigante que está por encima de nosotros y de la cual dependemos. Y decimos cosas como «mientras no cambie la sociedad no es posible que las cosas cambien».

En Psicología Solidaria lo individual y lo colectivo se dan la mano para cambiar cosas.

Alain Touraine dice que la construcción de un nuevo tipo de sociedad, de actores y gobiernos, depende antes que nada de nuestra conciencia y de nuestra voluntad, o, más sencillamente aún, de nuestra convicción de que el riesgo de que se produzca una catástrofe es real, cercano a nosotros y de que, por tanto, tenemos que actuar necesariamente. Es «abajo», en un llamamiento cada vez más radical y apasionado al individuo, y no ya a la sociedad como abstracción, donde buscamos las fuerzas de resistir a todas las violencias, donde muchos buscan y encuentran un sentido que no se encuentra ya en las instituciones sociales y políticas.

Creemos en el poder individual y colectivo que se libera cuando creamos movimientos ciudadanos, redes colectivas en las que desde la solidaridad y la horizontalidad se comparte lo que se tiene. Esto ayuda a que la desesperanza y el desamparo que llevan a la anulación del sujeto, a ser gente sin rumbo que no sabe ni de dónde viene ni adónde va, sea reemplazado por el deseo y las ganas de vivir y de ser parte activa de los cambios necesarios, dentro y fuera.

La escritora Dulce Chacón tiene un hermoso poemita que dice:

Por ser propio el dolor
y ser ajeno
me duele
dentro
y fuera.

Los seres humanos somos seres sociales que dependemos unos de otros, para los cuales el destino individual está vinculado al destino colectivo.

El individualismo (esa idea delirante de que somos autosuficientes y no nos necesitamos unos a otros), el miedo al otro, el verlo como un rival o enemigo, la delegación de nuestra responsabilidad a instancias «superiores» que tendrían que resolver lo que no funciona, nos hacen olvidar hasta qué punto somos sociales y podemos cambiar cosas dentro cambiando cosas fuera, y podemos cambiar cosas fuera cambiando cosas dentro.

Al crear el proyecto Psicología Solidaria lo que hicimos fue salir de la impotencia individualista que nos hubiera llevado a la irresponsabilidad. Ante tanto dolor colectivo es verdad que individualmente se puede hacer poco o nada. Pero si nos juntamos y compartimos lo que tenemos en un círculo virtuoso de dar y recibir, claro que sí se pueden cambiar cosas. Dentro y fuera.
En Psicología Solidaria todos cuidamos la salud mental de todos, poniendo nuestro trabajo al servicio del bien común. Los terapeutas dando terapia, los compañeros de la bolsa de tiempo dando su trabajo de gestión de proyectos solidarios, los pacientes trabajando en esos proyectos para el bien común.

Y también denunciamos el estado de cosas, el deterioro de la salud colectiva producida por la pobreza y el paro cada vez mayor, por los desahucios de las viviendas, por los recortes de los servicios públicos, por la ideología individualista y consumista. Y luchamos contra todo ello.

En este proyecto que ya lleva más de un año de vida, todos cuidamos nuestra propia salud mental y la de los demás al no resignarnos pasivamente. Ampliamos nuestra libertad, que en lo individual nos mete en una visión-túnel que solo ve desesperanza sin salida. Mientras que colectivamente nos permite responder con alternativas reales al dolor propio y ajeno, que como decía tan bellamente Dulce Chacón, duele dentro y fuera, Y vamos construyendo salud dentro y fuera.

Deseamos que esta Mesa-Debate sea una celebración del poder de lo colectivo, y sea intercambio y enriquecimiento para todos los que aquí estamos. Deseamos seguir creando y trabajando para que la salud mental de las personas sea considerada un bien común colectivo, que cuidar entre todos. Queremos seguir preservando entre todos la posibilidad de que cada persona pueda ejercer su capacidad de ser responsable porque hacemos que existan opciones reales, colectivas, a favor de la vida y de la dignidad. Y eso no va a venir nunca de arriba: lo seguiremos creando entre todos.

Share