“Su fecunda obra es considerada como la cumbre de la música barroca y una de las cimas de la música universal y del pensamiento musical occidental, epicentro de la música occidental, y uno de los grandes pilares de la cultura universal, no sólo por su profundidad intelectual, su perfección técnica y su belleza artística, sino también por la síntesis de los diversos estilos internacionales de su época y del pasado y su incomparable extensión. Bach es el último gran maestro del arte del contrapunto, y su máximo exponente, donde es la fuente de inspiración e influencia para posteriores compositores y músicos desde Mozart pasando por Schoenberg, hasta nuestros días.”
Esto dice la Wikipedia acerca de Johann Sebastian Bach, de quien tantas aprendieron y aprendemos, y quien aprendió, así lo reconoció, de tantas otras. Bach vivió entre 1685 y 1750, y por aquellos entonces ser citada, que las obras fueran copiadas, variadas, modificadas o derivadas era, no sólo legal, sino un gran honor y la mayor de las muestras de admiración.
Bach copiaba a mano las obras que admiraba o de las que sencillamente sentía que tenía mucho que aprender (de Lully, Vivaldi, Pachelbel, Marais, Froberger o Frescobaldi). Las interpretaba al órgano o al clavecín, sobre ellas componía o improvisaba buscando otras potencialidades o posibilidades (también sobre el numeroso catálogo de corales luteranos, desde los cuales componía sus cantatas o preludios corales, p.e.). Y así enseñó a sus discípulas directas y a todas las que vinieron después. Sencillamente la historia de la música occidental habría sido muy otra si Bach no hubiera podido tener acceso a esas obras debido a propiedades intelectuales abusivas que no hubieran permitido ni el uso ‘derivado’ de las mismas ni que se hubiese ganado el pan con su infatigable labor de creación e investigación sobre ellas (como ocurre con el copyright o con las licencias creative commons no comerciales o que no permiten obras derivadas). Seguramente esa historia sería mucho más pobre.
Afortunadamente la obra de Johann Sebastian Bach es la que fue y se transmitió de la manera más rica posible. Además como murió hace tanto tiempo ahora que las cosas están más complicadas para compartir artes y saberes podemos seguir disfrutando de y compartiendo con él gracias a que pertenece a dominio público.
Aquí tenéis algunos enlaces:
– La obra completa de Bach (manuscritos incluidos)
– En la IMSLP / Petrucci Music Library de la Wikipedia
– O en el Open Directory Project
